Las ciudades persistentemente destruidas han resurgido de sus cenizas, alimentadas por energías que manan de lugares ignotos. Con una constancia que está por encima de su belleza, multitud de ciudades han sobrevivido a volcanes, inundaciones, subidas del nivel del mar y terremotos. Ni la guerra, ni los saqueos, ni los motines, ni las epidemias han sido capaces de aniquilar Bagdad. Hasta hoy, Roma es eterna. El exterminio de Varsovia, incendiada distrito por distrito y luego demolida a conciencia por equipos profesionales de nazis, fue ejecutado con la misma diabólica inhumanidad que la destrucción de vidas en los campos de concentración. Varsovia, sabemos, se reconstruyó por completo y goza hoy de la misma mala salud de hierro que el resto de las ciudades, incluida Berlín.
Cualquier intento de destrucción de una ciudad, y esto aplica hoy especialmente a las ciudades de Palestina y de Ucrania, es de una ignorancia, maldad y crueldad estúpidas. Toda ciudad, sabemos, resurge de sus cenizas. Las ciudades estarán aquí cuando nosotros y nuestras imbéciles batallas se hayan ido.
Cities that have been persistently destroyed have risen from their ashes, fueled by energies that flow from unknown places. With a resilience that surpasses their beauty, countless cities have survived volcanoes, floods, rising sea levels, and earthquakes. Neither war, nor looting, nor riots, nor epidemics have been able to annihilate Baghdad. Until now, Rome is eternal. The extermination of Warsaw, burned district by district and then thoroughly demolished by professional Nazi teams, was carried out with the same diabolical inhumanity as the destruction of lives in the concentration camps. Warsaw, as we know, was completely rebuilt and today enjoys the same robust yet unhealthy resilience as the rest of the cities, including Berlin.
Any attempt to destroy a city, and this applies especially today to the cities of Palestine and Ukraine, is an act of ignorance, evil, and stupid cruelty. Every city, as we know, rises from its ashes. Cities will be here when we, and our foolish battles, are long gone.