14 de marzo de 2022

TIERRA ORDENADA


La tierra es el grado cero de la arquitectura. Como materia nada hay más modesto. Todo sale del suelo y todo vuelve a su seno. El transcurso de esa invisible odisea en el que la tierra se eleva hacia lo alto - contra su propia naturaleza - para volver a su hogar, no parece invitar a la construcción de obras maestras. (Entre otras cosas porque las obras maestras parecen requerir de materiales más sólidos y con mayor vocación de perennidad). 
El carácter frágil del terreno hecho material que acaba volviendo indefectiblemente a ser parte de la topografía y del paisaje, dota a esas obras de un carácter algo huraño y masivo, seguramente como el que podemos imaginar a Ulises. El resultado de esas obras, siempre de color equivalente al del propio lugar, por mucho que la tierra se apelmace con agua, paja o cosas peores para transmutarse en sobrios muros y templados reductos, no logra separarse, oponerse, ni acaso negar el sitio de origen. Tal vez todo esto no ayude a pensar en el adobe a lo grande, ni a dar cabida a eternas aspiraciones arquitectónicas. La tierra no es capaz de transustanciarse en algo mayor si no es por un aliento divino. La tierra no puede soñar. Aunque ya de vuelta a su yacimiento, tal vez añore el momento en el que fue tierra ordenada
La tierra volverá siempre a la tierra, decíamos, pero el viaje merece la pena. Y si íntimamente sabe que solo es polvo, como nosotros, al menos por un momento fue polvo astral.

7 de marzo de 2022

ESPERA, ESPERA, ESPERA


La espera ante un mostrador antes de ser atendidos no significa casi nada. Esperamos por tantas cosas en el día a día que el acto de esperar es ya una cosa invisible. El tiempo transcurre tediosamente mientras ni siquiera el acompañamiento de las redes sociales que nos ofrecen los teléfonos móviles, la música o la lectura, sirven de alivio. Ante ese tiempo muerto el cuerpo se dispone a formas tan variada como las personas. El encanto de la espera es la de un cuerpo que toma forma sin objetivo. Es decir, el de una forma provisional y sin tensión.  
En arquitectura, curiosamente, existe algo relacionado con esas "esperas". Precisamente el mundo de la construcción denomina así a las armaduras que asoman del hormigón dispuestas para la unión entre partes por venir. Esas esperas, simples barras de acero corrugado que hablan de los diferentes tiempos de unión entre las tongadas del hormigón, (porque no toda esta pasta gris e ingobernable puede ser vertida en la obra de una sola vez), constituyen una coreografía de líneas retorcidas y de posturas expectantes. Lugares de sutura entre partes, las esperas dejan al descubierto, tras ellas, las cicatrices y las estrías de una obra y constituyen zonas donde leer el crecimiento de la arquitectura (y hasta una arqueología de su orden constructivo). 
En el conjunto de una obra las esperas asoman graciosamente, un poco como seres recién levantados, despeinados y con cierto desaliño. No hay mejores sitios donde el tiempo por venir en la obra se prepare para el porvenir de manera tan peculiar y esperanzada.

28 de febrero de 2022

ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA (PERO DE VERDAD)

Se oye el aire y sus corrientes en esta planta de tubos y conductos antes que de meros cuartos y estancias. Puede leerse entre estas líneas a una cultura sensible a la temperatura adecuada y al bienestar del interior. Si su simetría habla del pasado, más aún lo hace el grosor de los muros. Las salas, grandes y amplias en una de las fachadas, y angostas en la otra, hablan claramente de un dispositivo bioclimático antes siquiera de que existiese la palabra "bioclimático".  
Entre las líneas de esta planta uno podría pasar un verano mirando a un horizonte seguramente bien construido y hermoso. Es posible imaginar el peso de sus sombras, y deslizarse entre sus muros radiantes de frescor en medio de la calima estival, sin detenerse en un cuarto como tal, sino entre ellos. En umbrales, que son estancias en sí mismas...
En Sicilia sigue en pie esta obra conocida como "castillo de Zisa". Ir allí significa descubrir cómo, efectivamente, el viento del cercano Mediterráneo es guiado hasta un interior construido con generosas bóvedas islámicas y orientado hacia el noreste. Y ver que, a su vez, podemos encontrar en su frente un gran estanque y una fuente que brinda el refresco sugerido por el dibujo de esa residencia de verano construida en el siglo XII. 
Benditos los proyectos que ya con sus meros trazos son capaces de hablar del clima, del buen vivir, de la cultura en que se erigieron y del exterior a ellos mismos.

21 de febrero de 2022

EL PRINCIPIO KISS


El "principio KISS" y la fórmula de "menos es más" son primos hermanos. Uno, popularizado por un arquitecto alemán y extendido como la pólvora, y el otro guardado casi como una secreta fórmula del éxito entre ingenieros, enraízan su fundamento en una común base ontológica orientada hacia la búsqueda de la sencillez. 
Sin embargo y entre los dos, el principio KISS, acrónimo de "Keep It Simple, Stupid" (hazlo sencillo, idiota), mucho más directo y claro - porque los ingenieros no se andan con ambigüedades esteticistas - debiera haber sido adoptado por los arquitectos con mucho más furor que el lacónico dictum miesiano. En primer lugar, porque invita a la acción. (Y de no hacerlo, a ser llamado idiota)
El fundamento de este amoroso y bello principio, se origina de una observación del ingeniero de la armada, Kelly Johnson, en los años 60, y viene a decir que todo mecanismo funciona mejor si es sencillo que si es complicado. Aunque su nacimiento proviene de la exigencia de reparación del motor de un avión sin herramientas especializadas en un campo de batalla, lo cierto es que se trata de una filosofía de vida. Si no podía ser arreglado fácilmente, la culpa era del diseñador, idiota. 
Nunca fue más fácil de entender que lo sencillo sobrevive. Lo sencillo es hermoso. Por si no fuese suficiente, el "menos es más" es más farragoso y ambiguo que KISS y está destinado a ser malinterpretado. El "menos es más" no alude a los sujetos que lo usan, disfrutan o aplican. Y, además y por si no bastase con todo lo anterior, resulta menos memorable y jugoso.