17 de octubre de 2022
EL BUEN PRONÓSTICO
Históricamente corresponde a los médicos, a los oráculos y a los astrónomos hacer un "buen pronóstico" del porvenir. También, y aunque no lo parezca a simple vista, a los arquitectos.
El arquitecto funda su buen hacer no tanto en la buena construcción, (que también) o en la rentabilidad de sus obras (que también) sino en el buen pronóstico del futuro gracias al hecho de haber estado allí. Si el médico apuesta, gracias a su saber y a los casos semejantes en la historia de la medicina, (la pura probabilidad estadística) por una progresión del paciente, el arquitecto viaja hasta ese lejano lugar en el tiempo e imagina el pulular de las personas, sus costumbres, y vuelve al presente tratando de atrapar con el dibujo ese vivir que aún no existe.
El modo de hacerlo, su particular máquina del tiempo, es el mismo proyectar. De hecho, el buen proyectar equivale al hecho de hacer un buen pronóstico, no menos fundado y serio que el de las ciencias de la salud. Y arriesgado.
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2 comentarios:
Como siempre, de un tema que parece irrelevante abriendo nuevas puertas Santiago!
Porque será que cuando uno vuelve de viaje siente la necesidad de proyectar con esa experiencia vivida? A todos nos pasará?
Efectivamente también la experiencia del viaje enriquece esto.
Un saludo cordial y gracias por la lectura.
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