Si para resolver un problema un arquitecto propone una forma, el problema queda circunscrito y aunque no parezca fácil de resolver, al menos es uno. Si para resolver el mismo problema divide la forma en dos, en realidad debe solventar tres cuestiones: dos formas y la relación que se establece entre ellas. Vamos, que a mayor división formal el número de problemas a resolver se multiplica...
26 de junio de 2017
ELOGIO DE LA COMPACIDAD
Si para resolver un problema un arquitecto propone una forma, el problema queda circunscrito y aunque no parezca fácil de resolver, al menos es uno. Si para resolver el mismo problema divide la forma en dos, en realidad debe solventar tres cuestiones: dos formas y la relación que se establece entre ellas. Vamos, que a mayor división formal el número de problemas a resolver se multiplica...
Esta simple reflexión, debería bastar para enarbolar un principio universal de la forma arquitectónica compacta. Que por supuesto posee motivos de mayor calado que el de economizar el esfuerzo del arquitecto.
Si sumamos a ello la lógica del intercambio de temperatura de la forma en relación a su superficie, podemos aun llegar más lejos. Dos formas poseen más superficie que otra del mismo volumen e igual geometría que las anteriores. Es decir, al mismo volumen contenido, dos formas intercambian con el exterior más energía que sólo una. Esta simple razón, sería un motivo adicional de elogio de la compacidad.
El resumen de estas dos funciones, de la economía de medios y de energía, valdría para extrapolar no solo un principio de la compacidad en arquitectura, sino incluso en urbanismo: porque sólo la ciudad compacta es sostenible. Tanto que es fácil deducir que debemos nuestra supervivencia como especie a ese vivir juntos, muy juntos, compactos.
Así las cosas, duden del que hable de ecología en arquitectura si lo primero que nombra son palabras como combustibles fósiles, aislamiento, placas solares u otras mil distracciones. Sólo la compacidad puede ser la primera preocupación de todos aquellos que piensen, honestamente, en el tema de la ecología en arquitectura, e incluso de los que hablen de economía. Lo demás es literatura.
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2 comentarios:
Muy interesante, Santiago! De hecho, también en la literatura la concisión/compacidad puede ser una gran virtud. Como lo resumió Manuel Jabois en su artículo "Diarios" (de "Irse a Madrid", 2011):
"Escribir en prensa , que es una máquina de comprimir, es lo que hace la negra de Scarlett al zambullirla en el vestido entre gritos salvajes. Cuanto más apretada vaya la muchacha, más explosiva va a estar en el baile".
Es un tema que me interesa mucho y sobre el que he escrito un par de entradas. Dejo el enlace por si a alguien le interesa echarle una ojeada:
https://bailarsobrearquitectura.com/2016/05/24/cuanto-mas-apretada-mas-explosiva/
Saludos y enhorabuena -como siempre- por el blog,
Iago
Gracias Iago.
La metáfora de Jabois es insuperable. Cuanto más apretada la ciudad mejor será su baile.
Un saludo!!
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