Hoy este experimento ha sido declarado patrimonio de la humanidad. Después de cincuenta y cuatro años todo ha sido retapizado con césped y aquel extraño agujero ha dado cobijo a una pareja de árboles.
Se podía haber adelantado su conclusión: el tiempo arruga el territorio a un ritmo indecente. Habría bastado observar la arquitectura. De hecho ésta y suelo están llamados a encontrarse nuevamente por mucho que se llame a eso ruina. Para la arqueología y para la arquitectura en realidad no existe la ruina como tal, sino sólo un ciclo abierto que redondea aristas, abre grietas y derriba todo.
Hay una continuidad real entre ambas disciplinas. Tanto es así que la arquitectura es una parte sustancial de una verdadera "arqueología del futuro" (más allá de lo promulgado por Jameson). Se manifiesta en cada edificación el espíritu de la verdadera "obra abierta". En todos los estados de la forma la arquitectura es siempre una valiosa transmisora de mensajes.
La continuidad entre obra y ruina se debe al maldito tiempo, al bendito tiempo, gran arquitecto, hacedor de formas y fabricante de sus significados.
7 comentarios:
Muy interesante, como siempre.
A mí me llama la atención cuando veo en la Almoina de Valencia, o en el Museo de la Ciudad de Barcelona, las calles y trazas de la ciudad romana a seis o siete metros de profundidad respecto a la actual. ¿Qué ha pasado? ¿De dónde ha venido el material para que el terreno haya subido tanto hasta hoy?
Gracias por verlo de interés constante. Es un ánimo.
La línea de flotación de las ciudades son un misterio, incluso no en todos los lugares de la misma ciudad cambian del mismo modo.
Gracias y abrazos
el paso del tiempo es el aliado necesario de toda actividad humana. y creo que así debemos entenderlo. una 'máquina del tiempo' como ésta es una muestra magnífica de que trabajamos con procesos y no con resultados. por si no quedaba claro. gracias por el ejemplo y un abrazo. Pere
Gracias por el blog, que siga así. Es arquitectura y a la vez poesía. Saludos desde Buenos Aires, Argentina.
Gracias por tus ánimos, Mauro. Te envio de vuelta un saludo trasatlántico.
¿Quien lo hubiera creido? Muy interesante el tema. Gracias por compartirlo.
Gracias a ti Proarquitectura
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