La arquitectura es la mayor parte del tiempo cosa de pormenores. La vida y el habitar entran en lo minucioso y provocan que la arquitectura no sea otra cosa que un buen recipiente de una sustancia concreta, valiosa y líquida. Como el musgo hace con el agua.
Ese especial recipiente de pormenores es que Herman Hertzberger pensó, por ejemplo, en su comunidad de ancianos "De Over-Loop" en Almere Haven, y allí en su estructura, en el umbral de acceso a cada habitación y en los poyetes cercanos a las puertas como asientos de un zaguán. La vida fue más allá y dio pie a colocar allí jarrones y a sacar a ese espacio butacas retapizadas, pinturas y floreros, como sucedería en una terraza ante un jardín imaginado. Los habitantes, mágicamente, asimilaron ese lugar a un porche ante una calle y convirtieron los inestables límites de lo privado.
Allí se percibe la incesante interpretación en que consiste toda obra de arquitectura. El arquitecto interpretó por ver primera la materia y la forma del proyecto desde su nacimiento. En la obra se interpretaron los pasos y los procesos necesarios para que ésta tomara cuerpo. El habitante interpreta sin fin la obra habitando sus pormenores por medio de nimios actos cotidianos.
Así pues habitar es interpretar. Esto es posible gracias a la posibilidad siempre abierta de “entrar en pormenores”. (Y no es intrascendente que por los “por-menores” se entre a la arquitectura).
“La vida siempre lleva razón, es el arquitecto quien se equivoca”, dijo Le Corbusier. La anciana camina por el pasillo como si fuera una calle concurrida. Y cabe verla sentarse “a la fresca” de ese espacio, a ver pasar a los vecinos y a charlar del tiempo o de cosas, tal vez, trascendentes.
4 comentarios:
Qué entrada más bien curada Santiago! Las palabras del texto podrían ser (tal vez!) ese musgo para la arquitectura.
Un saludo!
Muchas gracias, Dani. Muchas gracias por tu amabilidad. Saludos!
A través de la sensibilidad del artista, la arquitectura se hace poema.
... habitar es interpretar.
El usuario hace de protagonistas cuando esta interpretando el espacio, haciéndolo suyo, dándole validez.
Una lección de sensibilidad Arquitectónica y un paseo hacia esa inmaterialidad intrínseca del desdoblar de la experiencia espacial en sus componentes semánticos. Excelente Arquitecto.
Miluska, Muchas gracias por tu comentario y por tu especial lectura. Un saludo!
Publicar un comentario