Quizás sea ese descubrimiento el que en verdad celebra el antiguo cazador de puentes, brazos en jarra.
17 de junio de 2013
CAZADORES DE ARQUITECTURA
Hubo un tiempo, y lo digo con
nostalgia, donde la arquitectura del pasado fue conquistada por los nuevos
tiempos. Ante cada nueva captura, en lugar de posar como un turista, el
descubridor lo hacía con el orgullo de quien ha abatido una peligrosa bestia en
una cacería.
Aunque aquí, ante un viejo y
manso puente, máquina de comunicaciones y costuras, poco peligro parece haber
sufrido el cazador como para posar con tanto orgullo.
El arco solitario en una llanura
es un antiguo mecanismo de función pura, pensado para dar continuidad a un
camino borrado. Una línea que salta, levemente, por encima de una orografía
leve y que en el momento de la conquista ha perdido su vieja utilidad. El puente
viejo, excesivamente escarpado ya para permitir el paso de mercancías, carros o
cabalgaduras, no une dos vados de un río, sino que es el signo vacío de lo que
significa unir.
Como el resto de una costura
olvidada, unión que ha perdido su carácter permanente, se asemeja a esas otras
previas que el costurero llama hilvanes y que es el signo de una línea del
porvenir o del pasado. Quizás toda estrategia que tenga la aspiración de unir
dos partes comience y termine con algo muy semejante a un hilván, sea en un
territorio o una ciudad.
Quizás sea ese descubrimiento el que en verdad celebra el antiguo cazador de puentes, brazos en jarra.
Quizás sea ese descubrimiento el que en verdad celebra el antiguo cazador de puentes, brazos en jarra.
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5 comentarios:
Nada mejor que ir de Safari!
Eso es, Pedro.
Pero nada de elefantes, que hay piezas de captura mejores!
Saludos y gracias por tu comentario
Estupenda foto, ¿nos darías más datos? Un abrazo, Santi
Hola Andres,
Claro que si!
Con escopeta de caza mayor y mira telescópica un puente romano en Irak.
:-)
Me alegro que te haya interesado.
Abrazos
¡Gracias! Además mola que el puente esté en sus huesos, esto es, en su estructura mínima. Abrazos, AM.
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