24 de diciembre de 2012

UN ESPECIAL VACIO


No hay fila trece en los aviones, y a uno le gusta imaginar que se debe no tanto a una metafísica de la mala suerte, sino a un especial gusto de las compañía aéreas por los juegos intelectuales. Del mismo modo, no existen diez días entre el 4 y el 15 de octubre de 1582. Diez días donde la humanidad fue eterna, donde no se produjeron muertes y donde la profundidad ontológica de ese paréntesis es mucho mejor explicación que un mero ajuste del calendario.
Existen vacíos de ese mismo orden en arquitectura comenzando por el conocido pilar ausente en varios dibujos del pabellón de Barcelona, y que tantas buenas reflexiones ha suscitado.
Podría decirse incluso que esos fenómenos de borrado se crean por una especial forma de ver la arquitectura que logra evitar lo incómodo. Hasta el punto de llegar a suprimirse sobre el papel y tomar visos de realidad. Fenómeno generado por una mirada cuajada y capaz de no ver lo evidente.
Ese especial modo de eludir el matiz incongruente, nos ha evitado también ver la bajante de la Casa Farnsworth o aquella famosa pareja de cariátides bajo la pérgola de Highpoint II, de Lubetkin. Un tipo de vacío que podría considerarse de mera educación. El ojo educado obvia las faltas de la arquitectura impuestas por la realidad. Se perdonan igual que a un amigo una indiscreción o a un novelista reputado una ligera torpeza gramatical. Aunque, claro, la educación tiene un límite.

8 comentarios:

Ana Mombiedro dijo...

Otro de tus sugerentes post que me tiran de la lengua Santiago!! Esos vacíos que nos regalan reflexiones, porque si todo estuviera rematado... sería un poco "rollo" no? =)
Un abrazo muy fuerte y que paséis unas felices fiestas.

Santiago de Molina dijo...

Muchas gracias, Nuki Nuk!! Y feliz Navidad igualmente!

Guynot de Boismenu François dijo...

"el vacio no se ocupa" como decia Jorge Oteiza, gran sacealizador del vacio, espacio para trascender.
Saludos

Santiago de Molina dijo...

El vacío cualificado.
Gracias, François!

Carlos de Rosario dijo...

vacío no es ausencia, así como caos no es desorden...

pere fuertes dijo...

por lo visto (me lo han explicado pero no lo he conseguido leer), cuando Lubetkin se refería a las cariátides decía que formaban parte del jardín, no del edificio.
de ese modo, la marquesina se sustenta flotando ingrávida sobre el acceso, mientras unas esculturas se le acercan desde otro mundo. toda una filigrana.
gracias por tus posts y feliz año!

Santiago de Molina dijo...

Eso parece, Carlos. Gracias por tu comentario!
Saludos!

Santiago de Molina dijo...

Pere,

Quetglas, si no recuerdo mal, defendía esa tesis. Lubetkin llegó a hacer dibujos explicándolo. Y la posmodernidad disfrutó lo suyo viendo estos antecedentes gloriosos a sus propuestas...
Gracias por tu comentario y saludos!