11 de julio de 2011

SOBRE EL TABLERO


Aparentemente, la imagen solo puede corresponder a alguna circunstancia excepcional. Y así es. Pertenece a una nave industrial reciclada con motivo de la segunda guerra mundial. Sobre las antiguas fábricas de coches americanas se comenzaron a producir los millares de instrumentos necesarios para la guerra. Los cazas, los bombarderos o los carros de combate se generaron con la energía y la potencia de un país volcado en la religión de la industria con la fe inquebrantable del que confía en el triunfo porque trabaja más productivamente que el enemigo.
Desalojadas las cadenas de montaje, desplegados los planos de diseño, miles de ingenieros dibujaron tumbados sobre mesas, con utensilios de dibujo inexplicables, noches y días, para conseguir ganar la guerra.
El edificio de Albert Kahn, grandioso arquitecto que supo dar forma a esa mentalidad industrial, resulta aun más hermoso y dispuesto con esas camas de dibujar que con las anteriores cadenas de montaje para solo fabricar coches.
Reptando sobre los dibujos, avanzando como otros lo hacían sobre trincheras entre barro y alambre de espino, la guerra se gana también sobre el territorio de esos tableros de dibujo a escala real. Una capa más de las secretas topografías de la guerra. 

4 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Sin embargo, querido Santiago, tu reflexión me ha hecho brotar esta otra: ¿cómo es posible que en incontados momentos de la historia tantísimos artistas se hayan dejado embaucar por el siniestro empeño de trabajar para la muerte?

Santiago de Molina dijo...

Tal vez por que no veían su trabajo directamente relacionado con la muerte. Tal vez como amor patrio, o con miedo al enemigo... Cosas de la guerra.
Es una buena cuestión...
Picasso no paró de decir que el cubismo no era pintura sino un auténtico arma de guerra. Y desde luego lo fue. Muchos pintores cubistas dedicaron energías a camuflar barcos, acorazados y portaviones en la guerra con su saber sobre la forma.
Abrazos, Jack!

Isma dijo...

las luminarias son las encargadas de suministrar papel

Santiago de Molina dijo...

parecen bobinas, si señor. Bien visto!