Cuando la ventana se convierte en lugar, las fachadas empiezan a resolverse por si mismas. Entonces todo pasa a ser más fácil. La superficie y los huecos dejan de ser ornamento y se convierten en límite denso de la arquitectura.
No se emplean iguales horas de vida en otros umbrales de la casa. No se acarician las paredes con el mismo anhelo a pesar de ser límites equivalentes entre el mundo exterior y el interior. “Podría explotarse un archivo considerable de documentos literarios relativos a la poesía de la casa bajo el único signo de la lámpara que luce en la ventana... Por la luz de la casa lejana, la casa ve, vigila, espera... Es un ojo abierto a la noche” dice Bachelard.
Tiene mala prensa el adjetivo ventanero. Sin embargo cuando se asoma para mirar y ser mirada, cuando asume su papel contemplador, cuando la arquitectura se vuelve ventanera comienza a entenderse su relación con el mundo.
6 comentarios:
Enhorabuena! Has creado una entrada muy, muy sugerente "cuando la ventana se convierte en lugar, la fachada se resuelve por si misma" Toma ya! Me ha encantado.
Muchas gracias, Pedro!. Por eso es tan difícil hacer una fachada, porque ya casi no sabemos hacer ventanas como lugares. Gracias de nuevo y saludos!
"Haz
de cada ventana,
un lugar;
de cada puerta,
una bienvenida."
Aldo van Eyck
Gracias, Hector. No conocía la cita y me llena de alegría la coincidencia. Muchísimas gracias!!!!!!
Acabo de descubrir el blog y me parece muy interesante y bien escrito. Enhorabuena! Y respecto a esta entrada me ha llamado especialmente la atención porque precisamente acabo de publicar un pequeño post sobre la ventana moderna y la ventana-lugar. Adjunto el enlace por si a alguien le interesa echarle una ojeada:
http://bailarsobrearquitectura.wordpress.com/2012/10/22/modernos-y-ventanas/
Saludos cordiales,
Iago.
Muchas gracias por tu amabilidad, bailarsobrearquitectura!.
Saludos y bienvenido!!
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