26 de marzo de 2010
LA FUNCION OBLICUA
Con el proyecto IP1,
(L’Instabilisateur pendulaire n°1), Claude Parent y Paul Virilio, mostraron el
primer modelo de vivienda de lo que para ellos era “la función oblicua”.
Gracias al suelo en pendiente, el
ser humano es capaz de hacerse sensible a la fuerza de la gravedad. La
inestabilidad es una potencia corporal inexplorada que el entorno alienante de
lo ortogonal viene negando constantemente. La ciudad movida por esa
“revolucionaria función oblicua” debía verse libre de los anquilosados modos de
relación y de la repugnante pared como modo de cortar el espacio y delimitar
funciones. Lo oblicuo era la posibilidad de llevar a cabo una arquitectura
verdaderamente dinámica, libre y participativa.
Para difundir esas ideas esta
pareja realiza una publicación llamada, Architecture Principe, de la que
se editan 9 números a lo largo del año 1966 y que recoge gran parte de sus
intenciones en artículos donde se aboga por una arquitectura revolucionaria.
Ilustrada profusamente con esquemas e imágenes de volcanes y máquinas, sus
intenciones eran cercanas a las de Le Corbusier cuando mostraba coches y barcos
en su revista del L´Esprit Nouveau hacía 50 años.
Virilio abandona pronto la
inestabilidad de la arquitectura, ya de por si inestable, por la Universidad de
París, donde ocupa un destacado puesto como teórico por el que se le reconoce
con premios y galardones, sin haber puesto en práctica la función oblicua,
salvo en sus paseos por las calles de París.
Claude Parent, por su parte,
sigue interesado por “la función oblicua” hasta mediados de los años 70, es
elegido director artístico de las centrales nucleares del gobierno francés y
llega a cometer para si mismo un apartamento donde puso en práctica aquellas
ideas. Hoy emplea su enorme talento gráfico para realizar diseños de camisetas que vende por internet.
Mientras, los suelos en rampa,
las topografías y las operaciones de plegado se constituyeron en uno de los
rasgos estilísticos más indiscutibles y prolíficos del fin de siglo XX. Sin
siquiera haber rendido honor a su verdadera paternidad y demostrando que, al
menos en arquitectura, las ideas son propiedad de la humanidad.
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2 comentarios:
muy interesante el post
Muchas gracias, Eduardo.
Un saludo!
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