15 de octubre de 2009

MI PROYECTO



El proyecto no pertenece al arquitecto.
Sin más aclaraciones, esta simple afirmación debiera bastar, en el aula y fuera de ella, para erradicar la malsana costumbre de comenzar toda explicación del proyecto de arquitectura con la primera persona de ese posesivo artículo.
No, el proyecto no es tuyo, como tampoco lo es el amanecer, ni el cielo, ni el paisaje, ni el aire. Ni tuyo, ni de tu profesor, ni de tu cliente, siquiera. Ni tampoco de la humanidad.
No se de quién el proyecto, pero desde luego no del arquitecto, que solo puede ser un modesto intermediario de ese algo excéntrico a él llamado Arquitectura.
El proyecto nace y tiene vida por si mismo y el arquitecto es, en el mejor de los casos, una nodriza sana y cariñosa. El arquitecto solo es un refugio en el que se le presta oído hasta que está en condiciones de hablar al mundo por si mismo.
Lo demás es hacer proyectos como el que cría monstruos o esclavos.

9 comentarios:

Valerian dijo...

Ergo si no es de nadie, todo el mundo sería responsable y tendría derechos sobre él como idea.

Lamentablemente si concebimos los proyectos como ideas o conjuntos de éstas, éstas tienen una autoría, cuanto menos, moral. (por eso se dice que tal o cual proyecto es de fulanito o fulanita o de fulanito y cía o menganita y gente adjunta)

Si se aplica a la literatura, se aplica a todas las artes ¿por qué no hacerlo a la arquitectura? ¿qué haría diferente a un proyecto de arquitectura de, por ejemplo, una obra de teatro?

Santiago de Molina dijo...

El post, evidentemente, no trata el tema de la propiedad en esos términos, pero ya que lo planteas, ¿Por qué los arquitectos no están en la Sociedad general de Autores y no cobran derechos de autor?.

Unknown dijo...

Hola, no sé porqué los arquitectos no estamos en la SGAE (la verdad es que me alegro de no pertenecer a ese colectivo) ni siquiera me lo planteo; pero no creo que la propiedad del proyecto tenga que estar necesariamente relacionado con la autoría del mismo.

Las soluciones, sistemas, estrategias, etc., da igual como queramos llamar a esas "ideas abstractas" en las que basamos los proyectos, se encuentran todas en una "estantería" de la que todos las tomamos según la situación o las apetencias individuales. No quiero decir con esto que todo esté inventado.

El arquitecto crea para otro, nunca para él. Trabaja para el colectivo, para la sociedad. La autoría de algo lo individualiza, lo hace no participar de lo que lo rodea, se convierte en una piececita aislada de su entorno.

Yo intento interpretar el post de Santiago desde ese punto de vista, quizá me encuentre equivocado o mi visión sea demasiado estrecha. Si fuera así hacédmelo saber.

Muchas gracias.

Un saludo,

Álvaro

Santiago de Molina dijo...

Alvaro, creo que estoy bastante deacuerdo con la interpretación que haces. Igual que creo que es interesante que no todos pensemos igual en este tema.
Gracias por participar y un saludo.

Santiago

Veronica Paradela Pernas dijo...

Hola Santiago, el otro día recordé las palabras de los profesores de proyectos 1 cuando nos deciais esto mismo: "el proyecto no es vuestro", pues es que creo que vais a tener que insistir un poco más porque en quinto todavía se sigue escuchando eso de..."mi pabellón",... y hasta "mi entrada" o "mi ventana". Nos volvemos posesivos o algo así, yo creo que deberíamos mantenernos más alejados del proyecto y mantener la relación suficiente y necesaria para hacerlo nacer. Aunque sea tremendamente dificil. Creo que la veraderá obesión de un arquitecto debería ser no tratar al proyecto como suyo, sino poder explicarlo, hacerlo entendible y todo lo que ello supone, difícil también, no se si se entiende.

Enhorabuena por el blog, soy una gran seguidora. Un saludo

Santiago de Molina dijo...

Verónica,
Gracias por tus comentarios. Creo que detrás de expresarse así, con el posesivo, subyacen muchas cosas ¿verdad?. Empezando por la relación que el arquitecto guarda con el proyecto.
Gracias también por seguir el blog. Saludos

stepienybarno dijo...

La verdad es que la reflexión es de lo más acertada, se pudiera decir que somos como una especie de médium, que no hace otra cosa que ser canal para que aparezca lo que tiene que aparecer.
Nos parece muy sana esa idea de que el proyecto no nos pertenece, y aun así forma parte de nosotros y nosotros estamos íntimamente ligados a él.

Respecto a lo que comenta Valerian, está claro que de cara a la sociedad es del autor, bueno del autor no, de quien firma el proyecto, quedando mucha otra gente que participa activamente en él injustamente desplazada del reconocimiento.
Por otro lado lo que se quitan de responsabilidades también es interesante, porque que el marrón se lo coma sólo uno, tampoco parece lógico. Pero bueno, la una por la otra.

Lo de derechos de autor, es bien interesante, porque que nosotros sepamos sólo se le han reconocido a Calatrava en Bilbao, no?
Al pobre Fisac, le hicieron la “pagoda” escombros y ahí se tuvo que aguantar. No tiene ningún sentido que se pueda hacer semejantes atropellos.

De todas formas el posesivo como bien apuntas Santiago, delata mucho más de lo que parece a quien lo usa!, de hecho como mínimo habría que usar “nuestro proyecto” y mejor aún “el proyecto se…”
Aunque no nos imaginamos a Zaha renunciando ni siquiera a las migajas de su inmenso pastel de gloria y espectáculo!

Como siempre felicidades por el blog. Cada vez más sutil y delicado.

Santiago de Molina dijo...

Stepien y Barno,
Como siempre, gracias por vuestros comentarios.

El tema es complejo y se han tocado aquí por todos cosas muy importantes.
Por un lado está la costumbre generalizada dentro de cualquier aula de explicar el proyecto en términos como "pues en mi proyecto, tú entras por aquí y luego pasas a este espacio y después...", que a nadie se le escapa, dan inmediatamente ganas de corregir, igual que a su vez hemos oido corregir a Carvajal a sus alumnos,"oiga usted, yo en su proyecto no entraría nunca, expliquelo de otra manera".

El proyecto gana seguramente cuando se explica con un poco más de respetuosa distancia hacia él. Pero es un tema que llevaría más lejos aun, puesto que parece que la forma del impersonal "se" incluso tiene mayores complejidades. (En otra ocasión continuamos si os parece, desarrollando esta vía).

El resto de los temas son si cabe aun más interesantes. Parece claro que los derechos de autor son un tema peliagudo. Curiosamente por ahora, no sucede igual con los fotógrafos de arquitectura, que sí son autores en los términos en los que hablamos (aunque es de notar que con la web van a sufrir lo suyo). Es decir, los fotógrafos de arquitectura pueden ejercer los derechos de autor sobre fotografías de arquitectura, cuyos arquitectos no poseen esos derechos. Confuso pero cierto.

Perdón por la longitud pero no he tenido tiempo para abreviar.

Saludos Stepien y Barno y saludos a todos y gracias por seguir el blog y participar con vuestros comentarios.

Jack Babiloni dijo...

Llevo 22 años pensando que todo el movimiento moderno no es más que Brunelleschi reelaborado; sin embargo, no veo al italiano revolviéndose en su tumba al grito de "Mi cúpula" (ni a los demás pagando regalías por su genial reinvención del concepto de "pesos repartidos").

Creer en el acto de copiar, y aun soliviantarse con él, es como decir que uno no debe pleitesía a todo lo precreado, pero que todo lo postcreado le debe pleitesía a uno.