15 de abril de 2012

ARQUITECTO BUSCA EMPLEO



Filadelfia


10 comentarios:

Ana Mombiedro dijo...

Gracias por compartir tus gafas de arquitecto para tiempos de crisis con tan recurrentes anécdotas de los grandes maestros.

:)

Santiago de Molina dijo...

Gracias a ti, Ana!!

Saludos!!

Isma dijo...

Por no hablar de Serlio o Miguel A., a qué edad tienen su primera obra de arquitectura!

En menor medida, también Sota coqueteó con la curva, hasta que cayó en sus manos, según él, un libro de Breuer para indicarle el camino....Corbu no es él hasta despúes de la Gran Guerra... Sin embargo, el primer Mies expresionista es claramente superior al enmascarado de Chicago.

Santiago de Molina dijo...

Gracias, Isma,

Y otros casos no menos insignes por conocidos...desde Barragán a Gehry.

Saludos!!

Andrés dijo...

No conozco los detalles biográficos del caso (y corrígeme si me equivoco) pero dudo que LiK considerara esos 25 años de maduración como una "zona sombría de su pasado". A mí, aún no cincuentón, desde luego su caso me supone un consuelo, y no precisamente triste, sino que me llena de optimismo. Santi, siempre te entiendo muy bien, pero en este caso no acabo de captar si el sesgo de lo que dices es... ¿positivo? ¿negativo? ;-) ¡Un fuerte abrazo! Andrés.

Santiago de Molina dijo...

Andrés, "Sombría" esta referido a su sentido de improductividad aparente.
Hemos hablado otras veces de esa zona, en el mismo sentido que los árboles en invierno se vuelven improductivos. Y sin embargo gracias a eso, su estructura se hace resistente.
Esa zona de "invierno", "sombría" es de una productividad encubierta atronadora.
Solo cabe interpretarlo de manera positiva, aunque sea doloroso el momento que no se ven frutos al trabajo.

Saludos y gracias, como siempre.

Andrés dijo...

Entendido ahora; y estamos de acuerdo. ¡Un abrazo! Andrés.

Santiago de Molina dijo...

Abrazos, Andrés!

Federico García Barba dijo...

Muchas gracias por el consuelo.
Nos esperan varios años de travesía del desierto.

Santiago de Molina dijo...

Esperemos encontrar a qué agarrarnos en este tiempo, Federico.
Un saludo y gracias por tu comentario.